A duras penas llegamos al día final,
el día del debate.
Para el debate teníamos que tener
los anteriores artículos leídos y trabajados. Como habéis podido ir viendo,
cada participante del grupo fue subiendo su parte del trabajo, sacando sus
ideas principales o simples conclusiones. Ahora, después de todo ese trabajo,
toca juntarlo todo.
1. El mapa conceptual sobre “¿Cómo usar
las TIC en educación infantil?”
2. El Powtoon sobre “Abre la pantalla y…
mira!”
3. El Prezi sobre “Los robots”, “¿Es
posible la clase invertida?” y “Realidad aumentada”.
Ahora, sobre el debate. Veamos:
Alumnas + profesor = debate
Éste se puede decir que es la síntesis
de aquel día. Nos juntamos todas las alumnas (sí, en efecto, no hay alumnos
masculinos) junto con el profesor y el resultado final fue aquel debate tan
completo y repleto de ideas.
Comenzamos hablando artículo a artículo,
pero acabamos hablando de todas en general, sacando ideas generales al mismo
tiempo. Las ideas fueron muy variadas, igual que las opiniones personales. Algunas
estaban a favor y otras estaban en contra, pero siempre respetando las ideas de
las demás.
Comenzamos con la clase inversa. Las
personas que trabajaron ese texto explicaron más o menos sobre qué trataba,
para refrescarnos la memoria. Una vez explicado el tema, pasaron a decirnos sus
ideas, conclusiones o simples detalles que querían nombrar. Alguna de las ideas
que más se nombro fue la desigualdad que este modelo ofrece, es decir, enviar
como tarea ver un vídeo puede ser ventajoso para quien tenga a mano un
ordenador en casa, pero ¿y el que no? Aquellas personas que no se puedan
permitir tener un ordenador en casa no podrían gozar de las clases inversas.
Además, otra de las ideas que salieron sobre este tema era la edad en la que se
debería poner a prueba la clase inversa. ¿Acaso un niño de cuatro años necesita
ver un vídeo en casa para aprender a escribir? Claro que podría verlo y
disfrutarlo, pero nos pareció algo innecesario en infantil, algo frio y
distante.
Sobre la robótica, al igual que en
la clase inversa, salieron diferentes ideas. Algunas no estábamos a favor del
uso que hoy en día se le da a la tecnología en general. Por eso,
algunas nombrábamos la necesidad de poner ciertos límites a las tecnologías que
usamos. El ejemplo de los Bee bot nos pareció adecuado, ya que es simple y su
finalidad es clara, al igual que los legos. Éstos pueden servir para dar
rienda suelta a la imaginación de los niños, una forma real a sus
ideas.
En conclusión, yo creo que está bien
aprender a usar las tecnologías, pero a cierta a edad. Como hemos podido ver,
los niños son capaces de aprender a usarlas con explorarlas por encima. Es por
eso, que veo necesario poner un límite. Si no lo pusiéramos, los niños aprenderían
a escribir en tableta, a leer en ebooks y a jugar con juegos de ordenador. No sabrían
apreciar el escribir a mano, el leer un libro de papel… detalles pequeños pero
de gran importancia.